Entrevista a José Gelardo Navarro.
José Gelardo es, sin lugar a dudas, el flamencólogo más importante que ha dado la Región de Murcia, su tierra de adopción, pues lleva aquí desde los 16 años. Tras las aportaciones de Asensio Sáez, aún insertas en el mito, Gelardo ha aportado rigor, seriedad y esfuerzo, mucho esfuerzo, por sacar a la luz la oscura (por ignorada) historia de nuestro flamenco, así como otros hallazgos importantes para el flamenco a nivel nacional. Su nombre es ya un referente entre los investigadores del arte jondo.
José Gelardo es, sin lugar a dudas, el flamencólogo más importante que ha dado la Región de Murcia, su tierra de adopción, pues lleva aquí desde los 16 años. Tras las aportaciones de Asensio Sáez, aún insertas en el mito, Gelardo ha aportado rigor, seriedad y esfuerzo, mucho esfuerzo, por sacar a la luz la oscura (por ignorada) historia de nuestro flamenco, así como otros hallazgos importantes para el flamenco a nivel nacional. Su nombre es ya un referente entre los investigadores del arte jondo.
Por Pedro Fernández Riquelme.
1-¿Por qué ha centrado sus últimas investigaciones en la figura de El Rojo el Alpargatero?
Por mis anteriores investigaciones se puede adivinar que la figura del Rojo (1847-1907), amén de otras grandes figuras del flamenco y del flamenco-minero –Concha la Peñaranda, El Chilares, El Morato…- eran susceptibles de un importante espacio en la investigación. Por otra parte y salvo honrosas y geniales excepciones, el cante minero (cante atarantado, cante por Levante) no ha sido suficientemente tenido en cuenta por los artistas-cantaores de Andalucía Occidental. Incluso importantes artistas lo han despreciado, de tal manera que no lo han incluido en sus grabaciones: en mi opinión, porque muchos de ellos son incapaces de hincarle el diente. Así mismo hay que decir –también salvo muy honrosas excepciones- que la flamencología tradicional, el mundo de los aficionados, ha despreciado muy a menudo el flamenco minero: al respecto existen opiniones extremistas que llegan a decir o dejar entender que éste está fuera del ámbito de lo flamenco, entre otras cosas por esa monomanía de que lo verdaderamente flamenco tiene que estar sujeto a un estricto ritmo-compás, opinión que está en contradicción con, por ejemplo, el parecer del cantaor Fosforito. Con la nuestra también. Fosforito manifiesta que, en efecto, el compás-ritmo interno también está presente en el flamenco minero (y no solamente en el taranto).
El Rojo el Alpargatero ha sido una figura mítica del flamenco. Había que desmitificarlo, o mejor dicho, restituir mediante la investigación una serie de verdades todavía no del todo desveladas. Si consideramos que, en parte, la tierra del Rojo es La Unión y Cartagena, y si consideramos también que “nadie es profeta en su tierra”, hay que decir asimismo que la figura del Rojo (también El Morato, Chilares, La Peñaranda, El Niño de San Roque…) no ha sido suficientemente valorada. En este último sentido pueden ser consideradas las opiniones de Eugenio Noel-Yerga Lancharro-Blas Vega que manifiestan que, hasta que no vino Chacón, el cante minero, el cante por Levante, era prácticamente inexistente, algo así como una nebulosa localista y provinciana. Creo, sin embargo, que hay que resituar las cosas, y sin negar la enorme aportación de Chacón, no por ello dejar de evaluar la labor del “gran compositor” –en palabras de Fernando el de Triana- que fue El Rojo, en compañía de El Morato, La Peñaranda, Chilares… También es conveniente advertir que ya desde hace algún tiempo se ha instalado en ciertos sectores de aficionados y “flamencólogos” de La Unión y Cartagena –terrible paradoja- un cierto desprecio hacia los cantes y la figura del Rojo, olvidando que este fue un firme puntal en la instalación y consolidación de los cantes almerienses y malagueños –origen de todo el cante minero- en la comarca de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión. Pero todo esto responde a la ignorancia y a opiniones nada documentadas, pues hay está no solo la tradición popular-oral sino también la escritura; me refiero fundamentalmente a los testimonios de la prensa del siglo XIX y a la prensa de principios del XX. En estos papeles ya se ensalzan y alaban, al hablar de La Peñaranda, de Emilia Benito, del Niño de Levante…, “las cartageneras y los cantes de la Sierra Minera del Rojo el Alpargatero”. Y a este propósito quiero recordar a los buenos aficionados, a las autoridades, a los Ayuntamientos de Cartagena y de La Unión, al Festival del La Unión (también a Almería, Málaga, Sevilla…) que en este año se cumple el centenario de la muerte del Rojo (1907-2007); quiero recordar a todos que en Lima (Perú) vive todavía un nieto del Rojo. Se llama José Grau Collado. Está esperando -¿volveremos a perder el tren?- que alguien le llame y se tenga alguna atención, en este centenario, con el Rojo y con el nieto del Gran Patriarca de los Cantes Mineros. Aunque sólo sea por vergüenza torera, aunque sólo sea porque estamos en período electoral: a ver si con la “probetica-probética” cultura flamenca repelamos algún voto.
2-¿Será el libro definitivo sobre este personaje legendario?
No hay nunca ningún libro definitivo. Es más, seguimos investigando sobre El Rojo (proyección, familia y entorno) y ya han aparecido muchos, muchísimos datos nuevos que, sin contradecir lo escrito, contribuyen a mejor centrar su paso por Cartagena, Almería, Málaga, Sevilla, Madrid, La Unión; lo nuevo investigado también delimita mejor la relación maestro (El Rojo) con la discípula (La Peñaranda), con el Niño de San Roque y con otros muchos artistas flamencos de esta época. En realidad ya estamos preparando la segunda edición del libro con todos estos datos.
3-¿De qué fuentes se ha nutrido para dar forma científica a este libro?
Hemos tenido en cuenta fuentes orales (entrevistas, testimonios…) y fuentes escritas. Tanto unas como otras deben siempre ser contrastadas. Ahora, bien, lo que si queremos poner de manifiesto es que la tradición oral –tan injustamente vilipendiada por algunos sectores de la flamencología- coincide casi absolutamente con las fuentes escritas. Sobre este particular insistimos machaconamente a lo largo y ancho de nuestro libro.
En cuanto a las fuentes escritas, amén del inestimable valor de la prensa, hemos revisado Archivos Municipales, Censos de población, Archivos Notariales, Registros Civiles, Actas Capitulares, Archivos Eclesiásticos de Parroquias y Obispados, Certificaciones Literales de Nacimiento, Partidas de Bautismo, Actas de Matrimonio, Actas de Defunción, Legajos y un largo etcétera. Toda esta documentación se ha centrado fundamentalmente en Callosa de Segura, Alicante, Orihuela, Cartagena, Almería, Málaga, Sevilla, Madrid, Barcelona, La Unión, Ronda…
4-¿Qué ha podido aportar el nieto de El Rojo?
Ya hemos dicho más arriba que un nieto del Rojo vive actualmente en Lima (Perú). Se llama José Grau Collado. Es un hombre de algo más de setenta años, casado y con dos hijos. Este único nieto del Rojo es a su vez hijo de uno de los hijos del Rojo, de José Grau Dauset, buen tocaor y también llamado en la prensa “El Rojo el Alpargatero”.
El nieto del Rojo ha aportado algunas fotos, tanto del propio Rojo como de la familia y también de otros cantaores: se trata de fotos nuevas, hasta ahora no conocidas, y una de ellas es la que figura en la portada de nuestro libro. También a través de él hemos tenido acceso a alguna documentación (Partidas de Bautismo, Certificación de Nacimiento) que nos alumbran acerca de la saga del Rojo. Creo que es una excelente persona y, como el mismo dice, “el eslabón perdido entre El Rojo el Alpargatero y el Cante de las Minas”.
Mi correspondencia con el nieto del Rojo ha sido entrañable, pues nos hemos transmitido mutuamente datos, emociones… Para él ha sido reconfortable volver a reencontrar sus raíces, saber noticias de su abuelo, de su tío Antonio Grau Dauset, de su propio padre José Grau Dauset, de su otro tío Pedro Grau Dauset…
5-¿Por qué José Gelardo ha centrado sus esfuerzos e ilusiones en la investigación flamenca?
Recuerdo de mi niñez que parte de mi familia (tanto la de ascendencia gitana como la no gitana) era aficionada al flamenco: Angelillo, Manolo Caracol, La Niña de la Puebla, Pepe Marchena… Por otra parte, al llegar a Murcia tuve la suerte de conocer al escultor Pepe González Marcos, buen aficionado y entendido, que puso a mi disposición su abundante discografía flamenca: Bernardo, Caracol, Menese, Morente, el de la Matrona, La Niña de los Peines, etc. A partir de ahí, surge el gusanillo del flamenco, la afición y la afición y “vicio” por la investigación. De todas maneras, quiero señalar que es difícil comprender el flamenco sin el estudio de la producción de música culta del siglo XIX: ópera, zarzuela, zarzuela flamenca, tonadilla escénica…
Dicho esto, una de las cosas que más me ha atraído del flamenco es la capacidad de las individualidades de la clase popular para, amasando de aquí y de allá, crear una cultura musical propia, una singular cultura de la pobreza –el flamenco- que tanto se aparta, aún teniéndola muy en cuenta, de la cultura musical de origen culto, de la música escrita, de la música de pentagrama.
6-¿Por qué Murcia?
Vaya por delante que nuestra investigación, tanto esta como las anteriores, no se centra sólo en Murcia. Es preciso aprovechar este foro para afirmar con toda rotundidad que en la investigación del flamenco queda casi todo por hacer, y que uno de los aspectos que más nos informa acerca de la historia y evolución del flamenco es la PRENSA.
Aprovecho para corregir un malentendido. El siguiente: cuando la investigación se centra en el flamenco en Sevilla, en Cádiz o en Jerez, parece que no es una investigación local o provincial, sino general y universal. Por mor de muchos prejuicios, cuando dicha investigación se centra en Murcia, Almería, Málaga, Alicante, Valencia… ya no se trata de una investigación general.
Pues, bien, hay que dejar muy claro que la prensa de Murcia y Málaga –a falta de investigar en profundidad la prensa madrileña- es la más rica en datos históricos acerca del flamenco. Y no sólo de artistas de Murcia y Málaga. Transitan por las gacetillas de Murcia y Málaga nombres de cantaores andaluces y no andaluces hasta ahora desconocidos (El Jinovés, El Roteño), y otros muy conocidos: El Planeta, Silverio, Chacón, El Rojo, Chilares, El Morato, El Canario, La Niña de los Peines, La Niña de la Puebla, Pepe Marchena y tantos otros. Sólo desde un punto de vista estrecho, mezquino, localista y provinciano, se puede decir que esta investigación no está enmarcada en la historia general del flamenco.
7-¿Qué opinión le merece la investigación flamenca que se hace hoy día en España?
Creo haber dicho antes que queda muchísimo por hacer en el campo de la investigación del flamenco, en el terreno musical, vaciado de la prensa del XIX y XX, en cuanto a las letras del flamenco, en las parcelas etnológicas y antropológicas…, sobre la influencia, rastros y cultura morisca y su repercusión en el flamenco…
Últimamente se ha avanzado mucho en la investigación. Ahí están los trabajos de Blas Vega, Ortiz Nuevo, José Luis Navarro, Steingress, Eulalia Pablo, Norberto Torres, Eusebio Rioja, Génesis García… (También hay que tener en cuenta otros trabajos más o menos especulativos que se hicieron antes de estos autores que he citado). Y aunque unos y otros podamos tener puntos de vista diferentes, lo que va a prevalecer para el futuro es la tarea de búsqueda de datos que nos permitan elaborar juicios acerca del desenvolvimiento del flamenco en el pasado para así mejor enjuiciar el flamenco de hoy y del futuro.
Todo ello sin olvidar que el flamenco es una cultura oral, de tradición. Y esto último actúa, a veces, como una especie de contrapeso negativo tanto en el mundo de la investigación como en el de los aficionados. Son muchos los que dicen que sobre el flamenco ya está todo dicho. Conclusión: ¿para qué seguir investigando? Dice José Luis Navarro que para disfrutar de unas alegrías, de una soleá o de una seguiriya no hacen falta saberes: basta con la emoción y la sensibilidad humana y artística; y añade que para hacer una valoración rigurosa se necesitan conocimientos, conocer las formas, palos y estilos del flamenco, conocer asimismo el patrimonio de la cultura musical jonda y flamenca. Y, finalmente, añadimos nosotros, para adquirir esos conocimientos se hace absolutamente necesaria la investigación, el rebusco, la lectura meditada de toda la literatura flamenca, el rastreo de archivos, prensa, etc.
Algunos “escribidores” de flamenco se contentan para ¿investigar? y publicar con la emoción y la sensibilidad. Por eso Ortiz Nuevo afirma que “LOS FLAMENCOS NO LEEN”, y siendo así, se pregunta ¿PARA QUÉ ESCRIBIR O INVESTIGAR? En buena parte tiene razón. Evidentemente estos “flamenquitos” lo saben todo sobre el flamenco, su sabiduría espiritusanta es tan vasta –y tan basta- que no necesitan ni leer ni investigar.
Existen por ahí libros y artículos de hoy día que parecen escritos hace cincuenta años, libros hasta con errores ortográficos y descomunales faltas de sintaxis, libros que parece que no se han enterado de todo lo mucho y nuevo que se viene publicando e investigando, libros de refritos y plagios que habría que denunciar ante la justicia, libros que siguen recitando todos los tópicos habidos y por haber acerca de Silverio, Chacón, Montoya, El Rojo el Alpargatero, libros que atribuyen todo el flamenco al famoso triángulo de las Bermudas, libros, por el contrario, que atribuyen todo el flamenco minero a La Unión y Cartagena en exclusiva. En cuanto a esto último, hay que decir claramente que en la Sierra Minera se crearon y recrearon muchos cantes de minería, pero, dicho esto, los susodichos “escribidores” ignoran la historia de la minería unionense y cartagenera, ignoran por tanto el singular y preponderante sustrato de origen almeriense (siglo XIX) y su calado en la historia, folklore y flamenco minero de las tierras murcianas; ignoran asimismo los veneros almerienses y malagueños en donde bebió El Rojo el Alpargatero, ¿ignoran también el origen almeriense de Chilares, de Pedro el Morato, ignoran el origen malagueño de Concha la Peñaranda, ignoran el también origen malagueño del Cojo de Málaga…?
8-¿Es difícil publicar un libro sobre flamenco en la Región de Murcia?
Empalmemos el razonamiento anterior con esta pregunta. Resulta vergonzante, desmoralizador y hasta… que los libros y escritos de estos “flamencólicos” se publiquen con la aquiescencia, el apoyo y los dineros de Ayuntamientos, Festivales, Entidades Bancarias, Congresos, etc., etc. Es más: muchos de estos libros –en contraposición con los de investigación- son ediciones caras, pues se trata de ediciones con sus buenas solapas, en papel impecable… Estos errores de bulto -por parte de las “autoridades”- son subsanables, pues bastaría con asesorarse con personas versadas en el campo de la investigación.
Pero, bueno, dicho lo dicho, también hay que decir que las instituciones, en general, están haciendo una buena labor en el terreno de la publicación de libros y escritos en el campo de la investigación. Quiero resaltar el papel de Murcia Cultural, la Comunidad Autónoma, el Festival del Cante de las Minas, la Editorial Nausicaä-Azarbe, la CAM, CajaMurcia, Ayuntamientos, Universidad…
9-¿Qué cantaor le ha puesto el vello de punta últimamente?
Miguel Poveda. Pero siempre Caracol, El Chocolate, La Niña de los Peines
10-Recomiéndeme un cantaor clásico.
Enrique Morente
11-Se ha dedicado toda la vida a la enseñanza ¿Qué podría aportar el flamenco a la Universidad y al currículo de la ESO?
Antes de empezar a estudiar y estudiando trabajaba en la tierra, en mi pueblo, Catral (Alicante). De muy joven, trabajé (1968) en la limpieza de despachos y de camarero en París, en la vendimia en Burdeos. Desde 1969 hasta 1977 en la enseñanza en Francia (Institutos, Escuela Superior de Comercio de Burdeos, Universidad de Tours). Desde entonces y hasta la fecha en la enseñanza como Agregado y Catedrático de Francés.
La Universidad de Murcia ha jugado un importante papel en cuanto a la enseñanza, publicaciones y divulgación del flamenco. Hace años se formó la Asociación Flamenca de la Universidad de Murcia: su primer presidente fue el profesor Francisco Flores Arroyuelo; al socaire de esta asociación o peña, la propia Universidad creó el Aula de Flamenco cuyo primer director fue el profesor Alfonso Carmona. Por cierto, los aficionados al flamenco no entendemos por qué el nuevo equipo rector ha suprimido el Aula, pues ésta ha jugado y podría seguir jugando un importante papel en Murcia y Región. Hasta aquí la Universidad ha cubierto el papel de divulgación del flamenco, pero no el de la enseñanza reglada-investigación o investigación-enseñanza reglada: esto, que ya se está haciendo en otras Universidades, podría inscribirse dentro de un Departamento y/o Área.
Considerando mi currículum como investigador (diez libros publicados y decenas de artículos en revistas especializadas, Universidades, Festivales, Congresos, Actas…) hice hace tiempo, a la Universidad de Murcia, la propuesta de crear una materia optativa o de libre configuración con el título de EL FLAMENCO: VALORACIÓN HISTÓRICA, SOCIAL, CULTURAL Y ESTÉTICA, o lo que es lo mismo una HISTORIA Y SOCIOLOGÍA DEL FLAMENCO.
El equipo rector anterior acogió bien la propuesta, sobre todo el vicerrector Conrado Navalón que luchó por esta cuestión; al parecer chocó con la cerrazón de los Departamentos que podrían implicarse y que no lo hicieron por cuestiones internas de presupuesto: ¡siempre los dineros! En mi opinión pudo tratarse no sólo de dineros, sino también de clasismo hacia el flamenco.
Pues, bien, renuevo mi propuesta a la Universidad y/o Universidades de Murcia, pero con un matiz importante que elimina el crucial problema de los dineros. Sería LA ENSEÑANZA REGLADA DEL FLAMENCO (por parte de la Universidad/s) DE MANERA GRATUITA (por mi parte).
12-¿Cuál es su próximo proyecto?
Son varios:
- seguir trabajando e investigando la figura del Rojo y, consecuentemente, preparar una segunda edición de este último libro.
- hace unos años publiqué el libro “El flamenco: otra cultura, otra estética. Testimonios de la prensa murciana del siglo XIX”. Pues, bien, ahora mismo estoy ultimando algunos detalles para un libro –continuación del anterior- que ya está en prensa: “El Flamenco en la Región de Murcia en el siglo XX (1900-1961), según los testimonios de la prensa”.
- también estoy preparando para una editorial francesa, en una edición de bolsillo, una especie de “Resumen histórico del flamenco”, al que incorporo las últimas investigaciones realizadas.
- asimismo, para la Editorial Almuzara, “Rutas del flamenco en tierras murcianas”, con la colaboración de Pedro Fernández Riquelme. Se trata de un resumen histórico del desarrollo del flamenco en Murcia, más una pequeña agenda que retrate a los artistas murcianos.