La solidaridad con los cantaores menos conocidos me lleva a traerlos a esta sección, entre otras, por estas razones principales: porque los consagrados no necesitan de nadie más que de ellos mismos, porque los árboles a veces nos impiden ver el bosque, porque hay cantaores que merecen más atención de la que les prestan los medios de comunicación de información general –que suelen prestar escasa atención al flamenco-; y porque mi condición humana tiende a estar siempre al lado del menos favorecido. Aclarada la cuestión, vamos a lo que interesa.
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Sebastián Navas es un cantaor no profesional nacido en Frigiliana y afincado en Mijas y Fuengirola. Es decir, un cantaor hecho en Málaga que ha desarrollado su carrera artística en su tierra principalmente; aunque es cierto que en otros lugares del cante es apreciado como cantaor serio y conocedor.Hecho en los concursos –tan ingratos pero tan necesarios-, Sebastián Navas está considerado como un cantaor largo, de voz recia y flamenca, que en estando a gusto levanta suspiros de pasión. Sin embargo, hasta ahora no se había atrevido a meterse en un estudio de grabación para dejar la impronta de su cante y el testamento sonoro de su concepto propio del cante, que está en la línea del conocido como cante clásico, en este tiempo de clasificaciones y denominaciones tan innecesarias como imprecisas, quizá porque hay veces que resulta casi imposible justificar lo injustificable.En esta época, en la que no hay más cera de la que arde, la afición está volviendo la cara en busca de los ecos perdidos, porque de los actuales son muy pocos los que despiertan a los dormidos corazones; aunque los hay inconfundibles e imperecederos. Por eso, defendemos –lo cual no supone menosprecio para nadie- las formas cantaoras a la antigua usanza, aquellas en las que la estética es sacrificada a favor de la ética. Este es el caso que nos ocupa.
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Sebastián Navas inaugura su carrera discográfica con un doble CD – editado en FDS STUDIO-, en cuya portada se puede leer “Sebastián Navas... de antología... a Picasso”. Y lo que encontramos en esta primera entrega sonora es cante por derecho interpretado de acuerdo a los cánones clásicos, pero sin olvidar que estamos en el siglo XXI y que hay otras músicas y otros instrumentos, además de la guitarra, que aportan influencias positivas a la música flamenca. Diecisiete palos flamencos, con sus estilos y variantes, definen las cualidades canoras de quien los interpreta. Arropado por los guitarristas Gabriel Cabrera –que tiene un excelente protagonismo en la obra-, Juan Cobos y Morilito, el cantaor de la Axarquía malagueña nos entrega tonás, milonga, mirabrás, serrana, fandangos al estilo de José Rebollo, peteneras, bulerías, malagueñas –que le dan título al disco-, soleares, rondeña, mariana, fandangos al estilo de El Gloria, seguiriyas, alegrías, tientos, fandangos de Alosno y granaínas.
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Ante el horizonte que contemplamos, plagado de artistas mediáticos, merece la pena que nos paremos en cantaores como éste, hecho a fuerza de estudio y de trabajo. Aunque sólo sea por esta razón, porque creo que no ha de decepcionar al aficionado que gusta del cante flamenco hecho con honradez y sin mentirijillas
Autor:Paco Vargas.
25/08/07 1º Premio 1º Grupo Cantes Básicos del XXVIII Festival Internacional de Cante Flamenco de Lo Ferro (Murcia).