Francisco José Arcángel Ramos "Arcángel": Nace en Huelva en 1977.
Restituir la verdad histórica y dar rienda suelta al crecimiento de su imaginación, son las credenciales de Arcángel, la voz más optimista y esperanzadora de los jóvenes flamencos, la expresión más novedosa de este tiempo en la que la afición tiene depositadas todas sus esperanzas. A nadie escapa que en el cante, lo primero que ha de tenerse en cuenta es saber lo que se canta, y, a partir de ahí, construir una propuesta que deje entrever no sólo las cuestiones esenciales que la sustentan, sino las dos virtudes incuestionables de los grandes modelos: Rigor e imaginación. Esta es, pues, la tarjeta de presentación de Francisco José Arcángel Ramos, hijo de padres alosneros y nacido en Huelva el año 1977. Debutó a temprana edad, ya que en 1987 logró en la Peña La Orden el primer premio en el concurso infantil de fandangos de Huelva, triunfo que volvió a repetir en las dos ediciones siguientes. Al año siguiente lo reclamó para sí Niño de Pura y su hermano, el bailaor José Joaquín, con quienes creció hasta conocer la llamada de otras figuras, tal que Jesús Cayuela y José Roca, para La Parrala (1996); Mario Maya, para Los flamencos bailan y cantan a Lorca (1997); y Manuel Soler, para la puesta en escena de Por aquí te quiero ver (1998). Con todo, Arcángel se destapó el año 1998 en el ciclo de El Monte y, sobre todo, en la X Bienal de Sevilla, donde recibió los más encendidos elogios de público y crítica merced a su participación en espectáculos como De Cádiz a Cuba, de Mario Maya; Abanaó, de Juan Carlos Romero; Seis movimientos de baile flamenco, de Pepa Montes y Ricardo Miño; Sansueña, de José Joaquín, y Compadres, de Manolo Franco y Niño de Pura. A partir de ahí, Arcángel siguió cantando para bailar a figuras como Javier Barón y La Yerbabuena, o secundando la propuesta guitarrística de Vicente Amigo, destacando en la Bienal de 2000 en los espectáculos 5 mujeres 5, de La Yerbabuena, y en el Inventario de Henry Bengoa, de Pepa Gamboa, éxito que refrendó en Cus-Cus Flamenco (2001), junto a Segundo Falcón y la Orquesta Chekkara de Tetuán, y más tarde en Galvánicas, de Israel Galván (2002). Con todo, si bien su cante está registrado en Solo compás (1998), en la Historia Antológica del Fandango de Huelva (1999) y en Territorio flamenco (2003), es a partir de salir al mercado su ópera prima, Arcángel (2001), cuando le llegó su hora en solitario, al punto que no sólo logró el Premio Andalucía Joven 2002 o el Premio Nacional Flamenco Activo de Úbeda, sino que su actuación en el Palenque, en la Bienal de 2002, mereció el premio Giraldillo al mejor intérprete de cante, y, días después, la Venencia Flamenca, de Los Palacios. Mas su colaboración en Cantes antiguos, de Mauricio Sotelo, estrenado en Ámsterdam (2003), conseguir el VIII Trofeo de la Peña El Taranto y ser nominado 'Onubense del Año', ya presagiaban lo que habría de venir en 2004, su esperada segunda obra en solitario, en la que, de la mano de nuevo del compositor y guitarrista Juan Carlos Romero, aparece con las alforjas cargadas de singulares propuestas estéticas desde La calle Perdía, sobre la que ha derramado palpables iluminaciones, el placer entusiasta del más severo buen gusto y de la más profunda sensibilidad melódica.
Restituir la verdad histórica y dar rienda suelta al crecimiento de su imaginación, son las credenciales de Arcángel, la voz más optimista y esperanzadora de los jóvenes flamencos, la expresión más novedosa de este tiempo en la que la afición tiene depositadas todas sus esperanzas. A nadie escapa que en el cante, lo primero que ha de tenerse en cuenta es saber lo que se canta, y, a partir de ahí, construir una propuesta que deje entrever no sólo las cuestiones esenciales que la sustentan, sino las dos virtudes incuestionables de los grandes modelos: Rigor e imaginación. Esta es, pues, la tarjeta de presentación de Francisco José Arcángel Ramos, hijo de padres alosneros y nacido en Huelva el año 1977. Debutó a temprana edad, ya que en 1987 logró en la Peña La Orden el primer premio en el concurso infantil de fandangos de Huelva, triunfo que volvió a repetir en las dos ediciones siguientes. Al año siguiente lo reclamó para sí Niño de Pura y su hermano, el bailaor José Joaquín, con quienes creció hasta conocer la llamada de otras figuras, tal que Jesús Cayuela y José Roca, para La Parrala (1996); Mario Maya, para Los flamencos bailan y cantan a Lorca (1997); y Manuel Soler, para la puesta en escena de Por aquí te quiero ver (1998). Con todo, Arcángel se destapó el año 1998 en el ciclo de El Monte y, sobre todo, en la X Bienal de Sevilla, donde recibió los más encendidos elogios de público y crítica merced a su participación en espectáculos como De Cádiz a Cuba, de Mario Maya; Abanaó, de Juan Carlos Romero; Seis movimientos de baile flamenco, de Pepa Montes y Ricardo Miño; Sansueña, de José Joaquín, y Compadres, de Manolo Franco y Niño de Pura. A partir de ahí, Arcángel siguió cantando para bailar a figuras como Javier Barón y La Yerbabuena, o secundando la propuesta guitarrística de Vicente Amigo, destacando en la Bienal de 2000 en los espectáculos 5 mujeres 5, de La Yerbabuena, y en el Inventario de Henry Bengoa, de Pepa Gamboa, éxito que refrendó en Cus-Cus Flamenco (2001), junto a Segundo Falcón y la Orquesta Chekkara de Tetuán, y más tarde en Galvánicas, de Israel Galván (2002). Con todo, si bien su cante está registrado en Solo compás (1998), en la Historia Antológica del Fandango de Huelva (1999) y en Territorio flamenco (2003), es a partir de salir al mercado su ópera prima, Arcángel (2001), cuando le llegó su hora en solitario, al punto que no sólo logró el Premio Andalucía Joven 2002 o el Premio Nacional Flamenco Activo de Úbeda, sino que su actuación en el Palenque, en la Bienal de 2002, mereció el premio Giraldillo al mejor intérprete de cante, y, días después, la Venencia Flamenca, de Los Palacios. Mas su colaboración en Cantes antiguos, de Mauricio Sotelo, estrenado en Ámsterdam (2003), conseguir el VIII Trofeo de la Peña El Taranto y ser nominado 'Onubense del Año', ya presagiaban lo que habría de venir en 2004, su esperada segunda obra en solitario, en la que, de la mano de nuevo del compositor y guitarrista Juan Carlos Romero, aparece con las alforjas cargadas de singulares propuestas estéticas desde La calle Perdía, sobre la que ha derramado palpables iluminaciones, el placer entusiasta del más severo buen gusto y de la más profunda sensibilidad melódica.
Manuel MARTÍN MARTÍN Premio Nacional de Flamencología
Foto: Cartel III Concurso Nacional "Úbeda Ciudad del Flamenco