La joven onubense intenta abrirse camino en el complicado mundo del cante jondo y entrega no le falta. Posee un timbre dulce y una voz alta, capaz de llegar a tonos difíciles. Acompañada del joven tocaor, Gabriel Guillén, ofreció malagueña con verdial, milonga, toná, tangos granadinos, alegrías, una interesantísima levantica, fandangos de Huelva y otros de El Carbonerillo y El Gloria. Ella entiende el cante de forma similar a la generación liderada por Estrella Morente, donde la influencia de la canción melódica es evidente y confiere a su cante una elegancia que gusta al público.
Tras la actuación de la cantaora de Huelva, Córdoba traía a un cantaor curtido en mil batallas y cuya labor como profesor en el Conservatorio de Córdoba quizá le haya hecho pasar inadvertido para un cierto sector del público en los últimos años. Pero la calidad está ahí y se encargó de ofrecerla en Sucina. Comenzó por soleá, con cinco estilos demostró ser un cantaor muy largo. Milonga, en un registro diferente al de Rocío aunque con similar copla. Minera y cartagenera, para dar a conocer su preparación en los cantes mineros; y el derroche por compás: las alegrías y las bulerías fueron una delicia, con la guitarra de El Torero dibujaron una estampa festera difícil de olvidar. Acabó su actuación de pie con los fandangos. Rafael Carlos Espejo posee una voz hermosa y flamenca y un conocimiento del cante privilegiado.
También actuaron el joven tocaor malagueño Daniel Ramos, el cual demostró su evolución tras tres años con Antonio Soto como maestro, y la bailaora sucinera Noelia Rodrigo, que interpretó unas alegrías.
Una noche brillante.
La gala final y que ponía colofón al festival, fue protagonizada por la bailaora murciana Cynthia Cano y su cuadro y por el cantaor cartagenero Curro Piñana.
Cynthia interpretó parte de su espectáculo Despertares que fue estrenado con éxito en su localidad natal, Las Torres de Cotillas. Granaínas, alegrías y seguiriya como protagonista absoluta y soleá y tangos compartidos con el bailaor Daniel Asís. Cynthia levanta pasiones allá donde va y esta noche no fue menos con un público aplaudiendo de pie.
Hacía tiempo que no escuchaba en directo a Curro Piñana. Me comentó antes de comenzar su actuación que ya ha grabado muchos de los cantes que compondrán su nuevo y esperado disco. Estaremos atentos. Curro estuvo acompañado al toque por su padre Antonio Piñana hijo, una delicia poder escuchar de nuevo al maestro. Comenzó por tangos, donde Curro comenzó a calentar su voz, después soleá, donde se mostró algo frío. Lo mejor de la noche, en mi modesta opinión, llegó con cuatro malagueñas: la cartagenera, la de la Trini, la rondeña y la malagueña bolero del Campo de Cartagena. Curro dedicó una milonga a su madre, que estaba entre el público. Como no podía ser de otra manera, interpretó cantes mineros: cantes del Morato rematados por Levantica, estupendos. Alegrías de Cádiz y Tangos del Piyayo para demostrar, por si alguien aún tenía dudas, que en Murcia también manejamos el compás. Y para rematar su actuación, unos fandangos.
Tiene un gran mérito la Peña de Sucina porque sus galas han coincido con eventos de la talla de Enrique Morente y Lagartija Nick en Cartagena y las pruebas selectivas de Lo Ferro y aún así han llenado todas las noches. Visitaron el Festival sucinero los presidentes de las peñas de Lo Ferro, Sebastián Escudero, y de la de la Universidad de Murcia y el director del Festival de Jumilla, Fernando Carcelén.
Enhorabuena a Paco y Manolo Avilés y al resto de miembros de la directiva sucinera por este gran logro.
©Pedro Fernández Riquelme. 2008