La Unión, 05 de marzo de 2011. El Delegado del Gobierno, Rafael González Tovar, y el alcalde de La Unión, Francisco Bernabé, han inaugurado hoy la Plaza Manuel Adorna, así llamada en honor a este flamencólogo sevillano y vecino de La Unión que fue un gran divulgador de la cultura flamenca unionense y uno de los impulsores del naciente Festival del Cante de las Minas.
La denominación como ‘Manuel Adorna’ de esta plaza ubicada en la Avenida del Mediterráneo de La Unión se produce tras la aprobación de un decreto a tal efecto por parte del Consistorio unionense, que para la inauguración de hoy ha contado con la presencia de los hijos y nietos de Manuel Adorna, así como de toda la Corporación Municipal y otras autoridades.
Manuel Adorna Adorna nació en Castilleja de la Cuesta (Sevilla) en 1916, aunque se casó con la unionense Catalina Bueno y residió desde 1939 en el municipio minero, donde no sólo formó su familia y fue concejal de su Ayuntamiento, sino que se convirtió en el gran divulgador de la cultura flamenca de La Unión durante las décadas de 1960 y 1970 gracias a novedosas iniciativas.
En este municipio aportó su probado saber flamenco al naciente Festival del Cante de las Minas como impulsor del mismo, volcado en su organización e interviniendo en la pionera edición festivalera de 1961, siendo además Secretario del Jurado entre los años 1962 y 1969.
A partir de 1968, Adorna desarrolló populares sesiones de didáctica jonda denominadas “Cante con cuchara”, dirigidas a jóvenes y aficionados, que incluían charlas, audiciones y actuaciones, una iniciativa que recibió el Premio Nacional de Enseñanza Flamenca y que ‘La Estafeta Literaria’ calificó como “ejemplo que debería ser puesto en práctica en todas las ciudades andaluzas”.
Paladín del Cante de las Minas a todos los niveles, Manuel Adorna también fue promotor y director de la ‘Misa Minera’, cuya primera celebración tuvo lugar en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de La Unión el 4 de diciembre de 1970, festividad de Santa Bárbara, Patrona de la Minería.
Completamente identificado con la ciudad minera y flamenca que le había acogido durante casi cuarenta años, Manuel Adorna falleció en La Unión en 1976. Él mismo había manifestado en repetidas ocasiones que “La Unión era la ciudad que más aportaba al mundo del flamenco”, afirmación que con el paso de los años se convirtió en una evidencia que acredita a este ilustre flamencólogo sevillano, vecino de La Unión, como gran valedor de los Cantes de las Minas.
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