Querido amigo :
Me desplacé hasta Madrid para asistir a la gala de los Premios Flamenco Hoy, en la que los críticos concedieron a este portal (Jondoweb.com) el galardón de "Mejor labor de difusión del flamenco en Medios". Allí atendí al rumor de que el amigo Angel Lacalle estaba muy enfermo. Yo ya lo había llamado para compartir con él la alegria pero nadie cogió su teléfono. Dos días después me llamó Angela, su esposa, para decirme que hacía pocos minutos que Angel ya no estaba entre nosotros...
Que un programador de flamenco como Angel se vaya siempre supone una gran perdida, pero que un amigo como Angel se vaya sin despedirse es una putada muy grande... Dejó demasiadas conversaciones inacabadas que sólo podían terminar en ideas y proyectos fructíferos, así que a pesar de su generosidad y sin deberle nada a nadie, se ha ido estando en deuda con sus amigos... A mí, por lo menos, me hubiera gustado recibir de su boca un Adiós elegante y solemne, digno de su invariable talante, y decirle que intentaré seguir la estela de una forma de hacer distinta, iniciada por él en muchos aspectos.
Y cambiando de tercio, esto de la crisis está tocando a demasiada gente. Hay artistas que se están planteando abandonar el mundo del artisteo de forma definitiva porque ya no acarician la idea esa de que "no hay mal que cien años dure"... Lo absurdo es reclamar que se reparta lo poco que hay. El arte es un mercado más y por tanto, la ley de la oferta y la demanda impera. Quizá sería más interesante despejar ese paradigma de una vez por todas y que el flamenco subvencionado sea la excepción y no la regla. Parece que el motivo de que la cosa esté tan parada descansa en las próximas elecciones municipales. Nadie quiere mover pieza porque no se sabe si saldrán en la próxima foto de familia y curiosamente, parece no importar a nadie si después de irse los que ahora están en la poltrona, al pueblo o a la ciudad llegan o no el ocio y la cultura.
Así no vamos bien... y luego vendrán las prisas y con ellas, los desaciertos... Pero en cualquier caso, hay que levantar una lanza por esos artistas que sin ser de primera fila, siguen trabajando para prepararse técnicamente, echándole imaginación a su puesta en escena y sobre todo, aguantando el tirón de este sinsentido económico que nos condiciona. Este tipo de artistas siempre estuvo en el punto de mira del querido Angel Lacalle. Brindemos, pues, flamencamente. Va por ellos, va por tí, amigo Angel.
Marcos Escánez /Jondoweb
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