53 Festival Internacional del Cante
de las Minas
Muestras
de respeto y afecto en los hogares de los homenajeados de este año antes de la
Jornada Prólogo del Festival Internacional del Cante de las Minas
La Unión, 29 de julio de 2013.- El Presidente Ejecutivo de la Fundación
Cante de las Minas y Alcalde de La Unión, Francisco Bernabé, y el Teniente de
Alcalde de Cultura de La Unión y Director del Festival Internacional del Cante
de las Minas, Julio García, visitaron personalmente el pasado domingo al
minero, Santiago Guillén, y a la viuda de minero, Josefa Agüera, con carácter
previo al homenaje oficial que tendrá lugar el próximo 31 de julio en el “Día
de La Unión”, la Jornada Prólogo del Festival Internacional del Cante de las Minas.
Como cada año, La Unión presenta sus respetos a un minero y a la viuda
de un minero en recuerdo de todos y cada uno de los momentos vividos en la dura
profesión de minero y que hoy es un pasado del que todo unionense se siente
orgulloso.
En esta visita personal a la casa de los mismos, Bernabé manifestó
que el homenaje al Minero y a la Viuda del Minero “pretende simbolizar el cariño, el afecto y el respeto que La Unión
siente y experimenta a todos nuestros mayores, a todos aquellos que vivieron su
existencia trabajando duramente en las minas”.
Asimismo, manifestó que fueron ellos, con su trabajo duro y
honesto, “los que consiguieron sacar
adelante a sus familias y, en definitiva, conformar la cultura y la
idiosincrasia de lo que hoy en día es La Unión”.
Tanto Santiago como Josefa abrieron las puertas de sus casas para
esta entrevista personal y ambos han manifestado su ilusión por recibir este
homenaje por parte de La Unión. Concretamente, para Santiago Guillén, el minero
homenajeado, “me siento muy orgulloso y
siento la necesidad de aceptar este homenaje porque la minería es mi profesión
y mi pasión y provengo de una saga donde mi padre y mi abuelo fueron mineros”.
Concretamente, recuerda Santiago que “mi abuelo fue
capataz de mina y mi padre fue director facultativo de minas. Yo empecé a
trabajar en 1964, influenciado, sobre todo, por mi abuelo, que fue un gran
minero y un hombre valiente, yo bajaba con él a los pozos mineros siendo muy
joven, antes de empezar a estudiar. Así fue cómo le cogí tanto afecto a la
minería”. Y con estos antecedentes, Santiago Guillén llegó a ser Ingeniero
de Minas, consiguiendo ser propietario de la mina San Rafael II y La Ocasión en
La Unión, además de una mina de plata en Guadalajara, otra en Nador (Marruecos)
y un lavadero de explotación en Portugal.
Apasionado
de la minerología y la geología, reconoce que “eran muchísimas las dificultades que encontrábamos, los medios técnicos
antiguamente eran muy limitados y no podías confiar en ellos para seguir los
filones, había que tener conocimientos especiales y era una lucha continua.
Siempre velando por la seguridad de los trabajadores”. Efectivamente,
recuerda aún sus complicados inicios en la minería “cuando empecé a trabajar era una vida durísima y sobre todo en nuestra
zona que, poco a poco, se fue humanizando pero dentro de la dureza. Al
principio todavía se trabajaba sin agua en los perforadores; era casi de
esclavos”.
Años
después del agotamiento de las minas unionenses, Santiago no abandonó la que es
su auténtica pasión “propuse al alcalde
Andrés Martínez Cánovas, en el año 79 aproximadamente, crear el Museo Minero y
con cuatro amigos conseguimos que nos dieran una subvención para crearlo, del
que fui director durante 11 años. Y, además, estando extinguida la minería
creamos una asociación para recordarla, los Caballeros de Santa Bárbara, de la
qu e fui presidente muchos años. Ahora soy Presidente de Honor. Así que, en todo
lo que ha estado vinculado a la minería he estado yo”. Y a sus 74 años,
puede resumir su vida y la de sus compañeros de la siguiente forma: “el trabajo de minero es un trabajo de gente
noble y con conciencia, en fin, de hombres buenos”.
Por su parte, Josefa Agüera,
nacida en 1928, recuerda la vida al lado de su marido Francisco Cánovas Sánchez
de la siguiente forma: “lo conocí cuando
yo tenía 17 años, él era de La Unión y yo de Isla Plana, yo vine porque mi padre empezó a trabajar en las
minas, y así fue cómo lo conocí y pasé casi 30 años al lado de mi marido. Él
era encargado y trabajó en la Brunita y el Cabezo Rajao y un tiempo en el
Concilio. Él trabajaba con su padre y con su hermano, que eran también
encargados”
A sus 86 años, Josefa, con
actitud vital y alegre, resume aquellos días de la siguiente forma: “Vivíamos bien”. Tan sólo se queda con
los días felices al lado de sus 9 hijos,
21 nietos y 19 bisnietos, más otro que viene de camino.
Josefa llegó a La Unión
con 16 años “mi padre trabajó aquí
durante tres años, pero en un derrumbe, murió el compañero de mi hermano, así
que mi padre lo dejó y se volvió con mi hermano a Isla Plana, y en esos tres
años me casé”, echando las raíces de su vida en La Unión al lado de un
minero que era, tal y como lo describe, “muy
trabajador y muy bueno, un hombre casero y que le gustaba mucho el Festival del
Cante de las Minas. Él trabajaba todos los días, incluso yo iba a llevarle la
comida muchas veces porque vivíamos cerca de la mina, en La Esperanza”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario