Inesperada y terrible noticia. Paco de Lucía acaba de
fallecer. Irreparable pérdida no sólo para los amantes de la guitarra o del
flamenco, sino de la música en general.
Paco conoció a finales de los años sesenta a Camarón
–con quien impresionó más de diez discos-, constituyendo una de las parejas
artísticas más importantes del siglo XX. Estos dos genios dieron un vuelco al
modo de ver, escuchar e interpretar el flamenco hasta entonces. En los palos
tradicionales infiltran nuevos ritmos y armonías, revolucionando la forma de
acompañar de la guitarra flamenca, y
atrayendo a miles de jóvenes al duende del flamenco.
Pionero de la fusión del flamenco con otras músicas
como jazz, blues, pop, salsa o bossa nova, décadas de trabajo soberbio de
estudio, investigación, composición e interpretación con la sonanta, prolífica
obra discográfica- treinta y tantos discos-, creación de un personalísimo e
insuperable estilo ,…..justifican más que con creces los numerosos premios y
reconocimientos recibidos, entre los que se encuentra, por supuesto, el
Castillete de Oro del Festival Internacional del Cante de las Minas, máxima
distinción de nuestro certamen otorga.
No exageraríamos diciendo que todo cuanto pueda
expresarse con las seis cuerdas de la
guitarra lo ha hecho Paco, amén de su capacidad de trascender fronteras y
estilos para llegar a convertirse en un músico universal, méritos que llegarían
a situarle como el artista flamenco más innovador e influyente de la historia.
Se ha ido, pero en el fondo se queda, pues nos deja
un increíble legado: sus grabaciones, sus recitales y, especialmente para
nosotros, sus dos últimas actuaciones en La Unión en los años 2005 y 2010, en
las que el público se rindió a su arte, y para las que se acaban los
calificativos: espectaculares, soberbias, grandiosas, magistrales, auténticas,
impresionantes, extraordinarias, apasionantes, fenomenales, maravillosas,
asombrosas, extraordinarias,….Eso fueron estas dos últimas veladas de Paco en el
Festival de Las Minas. No podrá volver en 2015, como era nuestra intención,
pero La Unión se encargará de preservar su nombre hasta la eternidad.
En nombre de todas las personas e instituciones que
conforman la Fundación Cante de las Minas, y en definitiva en el de todo el
pueblo de La Unión, nuestro más profundo pesar por tan irreparable
pérdida. Descanse en Paz el mito. Sea
bienvenida su leyenda.
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